La Puja por el PJ Nacional

Las elecciones internas son fundamentales para la democratización de un partido político, ya que permiten que los afiliados expresen sus preferencias y elijan a sus representantes. En un sistema democrático, es esencial que los miembros tengan la oportunidad de participar activamente en la selección de sus líderes.

En el caso del Partido Justicialista (PJ), han pasado 36 años desde la última vez que se llevaron a cabo elecciones internas el 8 de julio de 1988, cuando Carlos Menem se enfrentó a Antonio Cafiero. Esta histórica interna no solo definió el rumbo del PJ, sino que también marcó un hito en la política argentina, reflejando la diversidad de opiniones y tendencias dentro del partido.

La falta de internas en el PJ desde entonces ha generado debates sobre la representatividad y la transparencia dentro de la estructura del partido. Sin elecciones internas, existe el riesgo de que se formen sangrías y que las decisiones se tomen desde arriba, desconectadas de la base militante. La democracia interna es crucial para fomentar la cohesión y la unidad en la diversidad, permitiendo que distintas voces y perspectivas sean escuchadas y representadas.

La renovación de liderazgo y la adaptación a las demandas de la sociedad son desafíos constantes que requieren de una participación de los afiliados. Las internas no solo fortalecen la legitimidad del partido, sino que también crean un espacio para el debate y la construcción de consensos, elementos vitales para cualquier organización política que aspire a ser verdaderamente representativa.

Así, en un contexto donde el PJ se enfrenta a nuevas realidades y desafíos, retomar la práctica de las internas podría ser un paso esencial hacia la revitalización del partido y la reafirmación de sus valores fundacionales. La democracia se construye desde adentro, y cada afiliado tiene un papel crucial en ese proceso. ¡El futuro del peronismo depende de todos!

NOS PONGAMOS EN EL CONTEXTO HISTÓRICO Y ASÍ ENTRAMOS EN UN NEOLIBERALISMO CASTATROFICO.

La histórica interna del Partido Justicialista entre Carlos Menem y Antonio Cafiero tuvo lugar el 8 de julio de 1988. En esa elección, los afiliados del PJ en todo el país decidieron quién sería el candidato presidencial del partido para las elecciones nacionales de 1989. La elección interna fue sorpresiva porque, contra todo pronóstico, Carlos Menem, entonces gobernador de La Rioja y percibido como un "outsider" frente a la estructura tradicional del PJ, derrotó a Antonio Cafiero, quien en ese momento era gobernador de Buenos Aires y uno de los líderes más importantes del justicialismo.

Cafiero era el favorito para ganar la interna debido a su trayectoria y su liderazgo en la renovación del peronismo tras la derrota en 1983. Sin embargo, Menem, con un discurso que prometía una "Revolución Productiva" y el "Salariazo," logró captar el apoyo de una base peronista que buscaba cambios dentro del partido. La victoria de Menem en esta interna marcó un punto de inflexión en la política argentina, ya que finalmente ganaría las elecciones nacionales de 1989 y aplicaría un programa de reformas neoliberales que transformarían la economía y la política del país en la década de los noventa.

Según rumores echados a rodar por gente que participó de esa interna caliente, Cafiero ganaba por afano. Pero Menem, desesperado, arregló con empresarios amigos, los mismos del Plan Bunge & Born, una alta suma dineraria para comprar punteros.
Lo demás es historia.

ACTUALIDAD:
La sorpresa de Cristina en la interna sacudió a todos. Se preveía una lista única que ganaría sin mayor discusión ni trámite. Pero la aparición de CFK en la escena hizo que el aparato partidario se pusiera en marcha para validar las listas y cumplir con cada requisito. Cristina ofreció una lista de unidad, pero le dijeron que NO.

Cuando llegó el momento de mostrar los papeles, la lista de CFK cumplió con todo; pero la de los "Federales" no. Veamos los detalles:

1º Faltaron identificaciones de 29 candidatos.
2º No cumplieron con la paridad en la Mesa Directiva ni entre los consejeros titulares.
3º No alcanzaron el cupo gremial: presentaron solo 7 de los 15 candidatos necesarios.
4º Tampoco lograron el cupo de juventud: les faltaron 13 candidatos.
5º No cumplieron con la representatividad provincial: carecían de candidatos de Entre Ríos, Mendoza, San Juan, Santiago del Estero, Neuquén y Tierra del Fuego.
6º No alcanzaron los avales requeridos: presentaron 70.531 en Excel y 60.755 en planillas, pero solo 48.751 resultaron válidos, cuando el mínimo era 62.465. Incluso cuando Alberto Samid ofreció los avales que necesitaban, optaron por rechazarlos. El movimiento parece claro: jugar para no jugar.

Aun con estas falencias, la lista de Cristina pidió a la Junta Electoral que les permitiera competir, buscando que su victoria sea legitimada en las urnas. Pero los “Federales” insistieron en que se cumplan todas las normas al pie de la letra. La Junta les dio 24 horas para corregir sus errores, y su respuesta fue acusar a Cristina de querer "privatizar" el partido, mientras anuncian que recurrirán a la justicia.

Este accionar no solo se contradice con su participación, sino que parece buscar deslegitimar la presidencia de Cristina frente al PJ. Si ofrecieron unidad y dijeron que no, si se les dio tiempo para corregir y dijeron que no, y si ahora llevan esto a los tribunales acusando "robo de avales," se ve claro que el objetivo no es competir, SINO DESGASTAR A CRISTINA Y PONER EN DUDA SU LIDERAZGO. Puedo equivocarme, pero me parece evidente. No esperaban que Cristina tomara las riendas del PJ, ni tienen intenciones de acompañarla en su presidencia. Ojalá me equivoque y se logre la unidad, porque el peronismo necesita a (casi) todos sus compañeros para enfrentar estos tiempos. La Patria es el otro, y el PJ necesita fortaleza, no internas que debiliten.


- Noticia Proporcionada por: Nicolas Schamne









Envianos Un Cometario