Bajo el lema “Señor, enséñanos a orar” Lc 11,1, el domingo 12 de mayo en horas de la tarde se llevaron a cabo los actos de cierre de las fiestas patronales en honor del Señor de los Milagros en el santuario ubicado en La Tercena, departamento Fray Mamerto Esquiú, jurisdicción de la parroquia San José de Piedra Blanca.
La procesión partió desde la Plaza de la Mujer ubicada en el Callejón Hondo por ruta Nº 41 hasta el Santuario, en cuyo atrio se celebró la Santa Misa presidida por el padre Carlos Robledo, párroco de la comunidad.
Participaron autoridades municipales locales, encabezadas por la intendenta de Fray Mamerto Esquiú, Prof. Alejandra Benavidez, y fieles de las distintas comunidades de la jurisdicción parroquial, particularmente de la anfitriona.
En su homilía, el padre Robledo manifestó que “Cristo Crucificado es el signo de la expresión máxima del amor de Dios hacia nosotros. Cada año podemos percibir cómo el Señor de los Milagros atrae a tantos devotos, precisamente porque en Él se cumple la promesa que escuchamos en el Evangelio: ‘Cuando el Hijo del Hombre sea elevado en lo alto atraerá a todos hacia sí’. El signo del Crucificado es lo que ha conquistado y movilizado tantos corazones, tantos hombres y mujeres que se han sentido llamados por Jesús a cumplir la vocación primera, que es el anuncio que los primeros cristianos hacían de que Cristo padeció, murió y resucitó por nuestra salvación. Y este Cristo que ha dado la vida por nosotros ha retornado a la casa del Padre, y nos ha hecho retornar con Él”.
Dio gracias a Dios “por haber vivido todos estos días de gracia de bendición en las dos fiestas que hemos tenido -ésta y la del Beato Esquiú-, con momentos de oración intensa en este Año Jubilar que ha convocado el Papa Francisco en torno a la oración”.
“Le pidamos a Jesús la gracia de que podamos elevarnos con Él al Cielo, que nos sintamos herederos de la vida eterna”, expresó, invitando luego a pedir “el don del Espíritu Santo, ya que el próximo domingo vamos a celebrar su venida en Pentecostés, ese Espíritu que nos va a recordar todo lo que Jesús nos ha enseñado, y que nos va a dar la fuerza para ser protagonistas del Reino anunciando el mensaje de la salvación”.
Durante la celebración se bendijeron recordatorios, y luego de la bendición final, la sagrada imagen retornó al interior del Santuario.